Pedro Páramo (Juan Rulfo)
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Entonces oyó el llanto. Eso lo despertó: un llanto suave, delgado, que quizá por delgado pudo traspasar la maraña del sueño, llegando hasta el lugar donde anidan los sobresaltos.
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Publicado por @kme a las 21:13
Etiquetas: Juan Rulfo
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