Poemas (Fernando Pessoa)
- 37 -
- Autopsicografía -
- Autopsicografía -
El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que llega a fingir que es dolor
el dolor que en verdad siente.
Y los que leen lo que escribe
del dolor léido sienten,
no los dolores que él tuvo
sino el que ellos no tienen.
Y así en los raíles gira
divirtiendo a la razón
ese trencito de cuerda
que se llama corazón.
- 41 -
Tenemos, los que vivimos,
una vida que es vividay otra vida que es pensada.
Y la única que tenemos
es la vida dividida
entre la verdadera y la errada.
- 76 -
Esto siento y esto escribo,
sabiéndolo perfectamente y no sin saber
que son las cinco de la madrugada
y que al Sol, aunque todavía no asomó la cabeza
por sobre el muro del horizonte,
ya se leven las puntas de los dedos
agarrando el borde el muro
del horizonte lleno de cerros bajos.
- 79 -
El amor es una compañía.
Ya no sé andar solo los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más deprisa,
y ver menos, pero a la vez disfrutar de ir viendo todo.
Hasta la ausencia de ella es un cosa que está conmigo.
Y ella me gusta tanto que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como lor árboles altos.
Más si la veo tiemblo, no sé qué se ha hecho de lo que siento en su ausencia.
Todo yo soy una fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol con su cara en el centro.
- 99 -
Todo cuanto es serio poco nos importe,
lo grave poco pese.
El impulso natural de los instintos
ceda al vano placer
(bajo la sombra serena de una arboleda)
de jugar a un buen juego.
- 101 -
Prefiero rosas, amor mío, a la patria,
y antes amo las magnolias
que la gloria y la virtud.
Con tal que la vida no me canse, dejo
que la vida por mí pase
con tal que no cambie yo.
¿Qué le importa a quien ya nada le importa
que uno pierda y otro venza,
si la aurora raya siempre,
si cada año con la Primavera
si cada año con la Primavera
surgen las hojasy con el Otoño mueren?
Y el resto, lo otro que los humanos
añaden a la vida, ¿a mi alma qué añade?
Nada, salvo el deseo de indiferencia y la confianza muelle
Nada, salvo el deseo de indiferencia y la confianza muelle
en la hora fugitiva.
- 108 -
Como si cada beso
fuera una despedida,
Cloe mía, besémonos, amando.
Acaso ya nos toque
el hombre la mano que llama
a la barca que sólo viene vacía;
y que en el mismo haz
ata lo que mutuo fuimos
y la ajena suma universal de la vida.
Ya sobre la frente vana se me agrisa
el pelo del joven que perdí.
Mis ojos brillan menos.
Ya no ha derecho a besos mi boca.
Si todavía me amas, por amor no ames:
me traicionarías conmigo.
- 110 -
Todo lo que cesa es muerte, y la muerte es nuestra
si para nosotros cesa. Aquel arbusto
perece, y con él se vaparte de mi vida.
En todo cuanto miré he quedado en parte.
Con todo cuanto vi, si pasa, paso.
No distingue la memoria
lo que vi de lo que fui.
- 119 -
Quiero, ignorado y sereno,
por ignorado, y cabal
por sereno, colmar mis días
de no querer más de ellos.
A quienes la riqueza toca
el oro irrita la piel.
A quienes la fama alienta
se les empaña la vida.
Para quienes la felicidades es sol,
vendrá la noche.
Mas para quien nada espera
todo lo que viene es grato.
- 131 -
- Lisbon revisited (1923) -
No: no quiero nada.
Ya he dicho que no quiero nada.
¡No me vengáis con conclusiones!
¡No me vengáis con conclusiones!
La única conclusión es morir.
¡No me traigáis estéticas!
¡No me habléis de moral!
¡Llevaos de aquí la metafísica!
No me prediquéis sistemas completos, no me ensartéis conquistas
de las ciencias (¡de las ciencias, Dios mío, de las ciencias!)
-de las ciencias, de las artes, ¡de la civilización moderna!
¿Qué mal les hice yo a los dioses todos?
¡Si tenéis la verdad, guardáosla!
Soy un técnico, peso solo tengo técnica dentro de la técnica.
Fuera de eso estoy loco, con todo el derecho a estarlo.
Con todo el derecho a estarlo, ¿habéis oído?
¡No me fastidiéis, por amor de Dios!
¿Me queríais casado, fútil, cotidiano, tributable?
¿Me queríais lo contrario de eso, lo contrario de algo?
Si yo fuese otra persona, os haría el gusto a todos.
Tal como soy, ¡tened paciencia!
¡Iros al diablo sin mí,o dejadme ir solo al diablo!
¿Para qué vamo a ir juntos?
¡No me toméis del brazo!
No me gusta que me tomen del brazo. Quiero ser solitario.
¡Ya he dicho que soy solitario!
¡Ah, vaya lata que queráis que ande acompañado!
¡Oh cielo azul -el mismo de mi infancia-,
eterna verdad vacía y perfecta!
¡Oh suave Tajo ancestral y mudo,
pequeña verdad donde se refleja el cielo!
¡Oh pena vuelta a ver, Lisboa de otro tiempo y de hoy!
Nada me dais, nada me quitáis, nada sois que no me sienta.
¡Dejadme en paz! No tardaré; si yo nunca tardo…
¡Y mientras tardan el Abismo y el Silencio quiero estar solo!
- 133 -
- Lisbon revisited (1926) -
Nada me ata a nada.
Quiero cincuenta cosas al tiempo.
Con la angustia del ávido de carne anhelo
no sé bien qué:
definidamente lo indefinido...
Duermo inquieto, y vivo el soñar inquieto
del que duerme inquieto, a medias soñando.
Me cerraron todas las puertas abstractas y necesarias.
Corrieron las cortinas ante todas las hipótesis que habría podido ver en la calle. En el callejón donde me encuentro no está el número de puerta que me dieron.
Desperté a la misma vida que me había adormecido.
Hasta mis ejércitos soñados sufrieron la derrota.
Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados.
Hasta la vida sólo deseada me harta -hasta esa vida...
Comprendo a intervalos inconexos,
escribo en los lapsos de cansancio
y es tedio hasta del tedio lo que me arroja a la playa.
No sé qué destino o futuro compete a mi angustia sin timón;
no sé qué islas del Sur imposible son las que me aguardan, náufrago,
o qué palmares de literatura me darán un verso al menos.
No, no sé esto, ni sé otra cosa, ni sé nada de nada...
Y en el fondo de mi espíritu, donde sueño lo soñado,
en los campos más remotos del alma, donde recuerdo sin causa
(y el pasado es una niebla natural de lágrimas falsas),
en los caminos y atajos de las florestas lejanas,
donde supuse mi ser,
huyen desmantelados, últimos restos
de la ilusión final,
mis ejércitos soñados, derrotados sin haberlo sido,
mis cohortes por existir, despedazadas en Dios.
Otra vez vuelvo a verte,
ciudad de mi infancia pavorosamente perdida...
Ciudad triste y alegre, otra vez sueño aquí...
¿Yo? Pero, ¿soy yo el mismo que aquí vivió y aquí volvió, y
aquí volvió a volver y a volver,
y aquí de nuevo ahora ha vuelto a volver?
¿O todos los Yo con los que aquí estuve,
o que estuvieron, somos una serie de cuentas
-entes ensartadas en un hilo-
memoria, una serie de sueños de mí por alguien que hay fuera de mí?
Otra vez vuelvo a verte,
el corazón más lejano,
el alma menos mía.
Otra vez vuelvo a verte -Lisboa y Tajo y todo-,
transeúnte inútil de ti y de mí,
extranjero aquí como en todas partes,
tan casual en la vida como en el alma,
fantasma errante por los salones del recuerdo
envuelto por el ruido de ratas y de maderas
que crujen en el castillo maldito de tener que vivir..
Otra vez vuelvo a verte,
sombra que pasa a través de las sombras
y brilla un instante a una fúnebre luz desconocida
y se adentra en la noche cual estela de barco
al perderse en el agua que dejamos de oír...
Otra vez vuelvo a verte,
pero, ¡ay, a mí no vuelvo a verme!
Se ha roto el espejo mágico
en el que volvía a verme idéntico
y en cada fragmento fatídico
sólo veo un pedazo de mí -un pedazo de ti y de mí.
- 139 -
El mundo es del que nace para conquistarlo
y no de quien sueña que puede conquistarlo,
por mucha razón que tenga.
- 146 -
Tengo ganas de llorar,
de pronto tendo ganas de llorar mucho, desde dentro…
No, no queráis saber nada más, es un secreto, no lo digo.
- 165 -
Todos tenemos dos vidas:
la verdadera, que es la que soñamos de niños,
y que seguimos soñando, adultos, como sustrato de niebla;
la falsa, que es la que vivimos en convivencia con otros,
que es la práctica, la útil,
ésa en que acaban metiéndonos en un cajón.
- 167 -
- Insomnio -
No duermo, ni espero dormir.
Ni en la muerte espero dormir.
Me aguarda un insomnio de la amplitud de los astros
y un bostezo inútil, extenso como el mundo.
No duermo; no puedo leer cuando me despierto de noche.
No puedo escribir cuando me despierto de noche,
No puedo pensar cuando me despierto de noche
- ¡Dios mío, no puedo ni soñar cuando me despierto de noche!
¡Ah, el opio de ser cualquiera otra persona!
No duermo; yazgo, cadáver despierto, sintiendo,
Y mi sentir es un pesnsamiento vacío.
Pasan por mí, trastornadas, cosas que me sucedieron;
todas aquellas de las que me arrepiento y me culpo;
pasan por mí, trastornadas, cosas que no me sucedieron:
todas aquellas de las que me arrepiento y me culpo;
pasan por mí, trastornadas, cosas que no son nada,
y hasta de esas me arrepiento, me culpo, y no duermo.
Carezco de fuerza para tener la energía de encender un cigarrillo.
Contemplo la pared de enfrente de mi cuarto como si fuera el universo.
Fuera hay el silencio de esa cosa total.
Gran silencio aterrador en otra ocasión cualquiera,
en otra ocasión cualquiera en la que pudiera sentir.
Estoy escribiendo unos versos realmente simpáticos:
versos que dicen que nada tengo que decir,
versos que insisten en decirlo,
versos, versos, versos, versos, versos...
Tantos versos...
¡Y la verdad entera y la vida entera, ¡fuera de los versos y de mi!
Tengo sueño y no duermo, siento y no sé qué sentir.
Soy una sensación sin la correspondiente persona,
una abstracción de autoconciencia sin tener de qué,
salvo de lo necesario para sentir conciencia,
Salvo – yo qué sé salvo qué…
No duermo. No duermo. No duermo.
¡Qué sueño tan grande en toda la cabeza, y sobre los ojos, y en el alma!
¡Qué sueño tan grande en todo, salvo en poder dormir!
Oh amanecer, tardas tanto... ven...
Ven inútilmentea traerme otro día igual a éste,
seguido de otra noche igual a ésta...
Ven a traerme la alegría de esta esperanza triste,
porque siempre eres alegre y siempre traes la esperanza,
según la vieja literatura de las sensaciones.
Ven, trae la esperanza, ven , trae la esperanza.
Mi cansancio penetra hasta el fondo del colchón.
Me duele la espalda por no estar de costado.
Si estuviera de costado, me dolería la espalda por estar de costado.
Ven, amanecer, ¡llega!
¿Qué hora es? No lo sé.
No tengo energía para tender la mano hasta el reloj,
no tengo energía para nada, para nada de nada...
Sólo para estos versos, escritos el día siguiente.
Sí, escritos el día siguiente.
Todos los versos se escriben siempre el día siguiente.
Fuera, la noche absoluta, el sosiego absoluto.
Paz en toda la Naturaleza.
La Humanidad reposa y olvida sus amarguras.
Exactamente.
La Humanidad olvida sus alegrías y sus amarguras.
Es lo que suele decirse.
La Humanidad olvida, sí, la Humanidad olvida.
Y es que incluso despierta la Humanidad olvida.
Exactamente.
Pero yo no duermo.
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